La música
La música es una gran educadora que actúa directamente sobre la inteligencia, la voluntad y sensibilidad. Por ello la educación musical debe comenzar desde los primeros años de la infancia con unos procedimientos pedagógicos sencillos, claros y amenos.
La música ha de ser para el niño movimiento, ritmo y juego, en una palabra, actividad.
Una formación profunda y total para la vida, debe desenvolver, además de la inteligencia, las emociones.
La música es uno de los medios más eficaces y directos para educar las facultades emotivas.
El trabajo que se debe realizar en los niño de cuatro a seis años, aproximadamente, consistirá en una iniciación al ritmo musical, haciéndoles sentir las pulsaciones rítmicas, pequeñas melodías, audiciones musicales apropiadas para su capacidad, etc.
Al comenzar las clases de música se debe hacer un ejercicio de relajación.
Luego el maestro puede servirse de algunas grabaciones para que los niños sientan las pulsaciones y el ritmo, es decir, el cambio de un movimiento a otro, por ejemplo, el paso de un movimiento lento a otro más movido o viceversa.
El niño podrá marcar las pulsaciones con las manos, con los pies o con instrumentos simples de percusión: claves, sonajas, panderetas, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario